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Cultura andina y cambio climático (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Por ejemplo, en ese Fórum sobre el cambio
climático organizado por el CIED en Puno (mes de octubre
de 2009), los representantes de una organización campesina
expusieron en su ponencia un dibujo sobre los efectos del cambio
climático en su comunidad, en el periodo que abarca los
años 1930 al 2008.

En ese dibujo (Figura 2) se enfatizó
especialmente los efectos del cambio en el clima en los
componentes más importantes del ecosistema, como en el
agua y la biodiversidad, donde se anota que alrededor del
año 1930 había más vertientes de agua y eran
de mayor magnitud que el año 1975 (40% en
comparación al anterior, según los cálculos
de los campesinos) y, en el año 2008 esas vertientes bajan
al 30% de lo que había en 1930. Asimismo, la diversidad de
animales y cultivos agrícolas ha disminuido
dramáticamente en este periodo. Pero aumentó el
comercio, las casas de viviendas y los medios de
transporte.

Figura 2: Cambios negativos en el ecosistema como efecto
del cambio climático en la comunidad de Quinsachata
(Puno): 1930-2008

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Fuente: Cutipa,S. y Aguirre S. Asociación Qolla
Aymara. Crianza del agua en Ayrumas Carumas. Puno 2009.
Fórum Cambio Climático. Organizado por el
CIED.

Las percepciones de los campesinos andinos sobre los
efectos del cambio climático en la región se
refieren también a los cambios de diversos
fenómenos meteorológicos como son: las
irregularidades de las lluvias, la mayor incidencia de las
heladas, etc. y los efectos negativos de estos cambios en la
agricultura y en la vida humana (Figura 3).

Se explica que antes las estaciones eran mucho
más marcadas que ahora ("antes todo era a su tiempo") y
que el régimen de lluvias es mucho más variado que
antes, lo cual ahora no permite planificar las labores
agropecuarias con mayor precisión. También hay
más sequías y los suelos son cada vez más
compactos, absorben menos el agua y son menos
productivos.

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Fuente: Taller del CIED con campesinos del Microcuenca
Cápac Colla (Puno). 2009.

Las causas de los cambios climáticos y los
impactos negativos en sus ecosistemas son explicados actualmente
por los campesinos (hombres y mujeres) como consecuencia de que
vienen disminuyendo las celebraciones de los ritos a los dioses
tutelares de la naturaleza (el lado de lo sagrado o
simbólico de sus percepciones), por la pérdida de
los conocimientos ancestrales y, por otro lado, los cambios
climáticos se deben también a la emisión de
elementos tóxicos de la industria extractiva y al uso de
agroquímicos en la agricultura (el lado positivista de la
explicación), como podrá apreciarse en la Figura
4.

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Fuente: Taller del CIED con campesinos
del Microcuenca Cápac Colla (Puno). 2009.

4.Alternativas propuestas por los campesinos andinos
para la adaptación climática basados en la
interculturalidad

En las propuestas y estrategias para la
adaptación climática, planteadas por los campesinos
y sus organizaciones, remarcan más en la necesidad de
proyectos que propicien el rescate y la afirmación de las
culturas originarias.

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Por otro lado, las organizaciones de campesinos aimaras
buscan también nuevas soluciones en la cultura moderna
para la adaptación climática, como son los
proyectos con sistemas de riego tecnificado, la siembra de pastos
importados, la crianza de ganado de mejorar calidad
genética, la capacitación para mejorar sus
técnicas productivas y para mejorar su capacidad de
negociación.[12]

Así como también los campesinos acuden a
las nuevas formas de gobierno –más allá de
sus organizaciones comunales tradicionales- que se han creado con
la descentralización en el país. Por ejemplo, las
asociaciones de comunidades de la etnia aimara han iniciado el
año 2009 coordinaciones y proyectos con los alcaldes de
los gobiernos municipales en Acora (Puno), para efectuar un
proceso de incidencia a nivel de las autoridades locales y
regionales, cuyo objetivo es generar propuestas de acciones
frente al cambio climático, dentro de la visión
andina de la denominada "crianza de agua" y proyectos que
preserven el ecosistema en general.

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Construcción de Qutañas en la parcialidad
de Ch"usllunqa – Ayrumas Carumas.Fuente: Cutipa,S. y
Aguirre S. Asociación Qolla Aymara. Crianza del agua en
Ayrumas Carumas. Puno 2009. Forum Cambio Climáticos.
Organizado por el CIED.

Con la visión de la "crianza del agua", en la
comunidad San José de Calala (zona étnica aimara de
Puno) se han realizado construcciones de reservorios, canales de
riego, mejoramiento de pastos y cultivos agrícolas, los
que son efectuados simultáneamente en toda la
comunidad.

Es decir, bajo esa visión cultural integral o
total y la "crianza del agua", en la que al agua la consideran
como un "Dios" o como un ser que tiene vida y espíritu
como un ser humano, por tanto, debe criársele para que
logre vivir y, al mismo tiempo, que dé vida a la
humanidad.

Experiencia semejante se ha observado en cinco distritos
de la provincia de Melgar (en la zona de la etnia quechua en
Puno), donde los gobiernos municipales, ONGS, instituciones del
Estado y las organizaciones campesinas (30 comunidades
campesinas), se han aliado para financiar proyectos que permitan
construir sistemas de captación de agua,
instalación de riego por aspersión, cultivo de
papas, ocas, pastos y forrajes, mejoramiento de la
ganadería, instalación de cobertizos para el ganado
y capacitación empresarial para la transformación
de leche. Con lo cual se ha mejorado el ecosistema, pero
también se está logrando la seguridad alimentaria y
una mayor capacidad de negociación en el mercado regional
y nacional.

En el caso de la Microcuenca Cápac Colla se
enfatiza la adaptación climática en los proyectos
para que promocionen nuevas actividades no agrícolas, como
también el intercambio de experiencias entre campesinos y
la recuperación de los conocimientos de indicadores
climáticos naturales (Figura 5). Es decir, en esta
microcuenca se relieva la necesidad de tener un plan de
predicción climática.

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Fuente: Taller del CIED con campesinos de la Microcuenca
Cápac Colla (Puno). 2009.

5. Percepciones y propuestas institucionales del CIED
para la adaptación climática

En el diagnóstico que ha elaborado el CIED sobre
la situación de las instituciones en relación al
cambio y la adaptación climática, se ha considerado
necesario fortalecer las respuestas institucionales relacionadas
con el desarrollo agrícola y que se dé respuesta
específica frente al cambio climático y la
variabilidad climática.

Asumiéndose que para que esas propuestas sean
integrales y se articulen se requiere de una nueva
gobernanza[13]dentro de un enfoque de desarrollo
territorial.

En ese sentido, la visión y los objetivos del
desarrollo en el CIED tienen como fondo los argumentos expuestos
más arriba. Los comentarios que se pueden sustentar para
ampliar los objetivos y la visión expuesta son los
siguientes:

  • Es necesario trabajar iniciativas
    interinstitucionales e intersectoriales respecto al cambio
    climático, mediante acciones piloto cuya base sea la
    comunidad y los campesinos de las comunidades.

  • Se plantea el desarrollo y fortalecimiento de
    plataformas sobre el agua con participación y toma de
    decisión de los actores en sistemas de cuencas, donde
    se tenga la gestión del agua como problema
    principal. 

  • Propiciar alianzas territoriales: universidades,
    gobiernos regionales, gobiernos municipales, colegios de
    educación, REMURPE, CONCYTEC, ONGS, otros para
    elaborar planes de desarrollo económico y social a
    nivel de identidades territoriales y en mancomunidades, cuya
    base sea la propuesta de proyectos para la adaptación
    climática.

  • Construcción de capacidades e intercambio de
    información para la participación y toma de
    decisiones de los campesinos y las instituciones para la
    incidencia en el cambio climático.

  • Educación, comunicación y
    diseminación de información (mejora en
    comunicación y educación sobre cambio
    climático).

  • Evaluación de los cambios en el uso, las
    coberturas vegetales y los sistemas productivos como
    consecuencia del cambio climático.

  • Elaboración y ejecución de la
    importancia de las semillas nativas como reserva alimenticia
    y reposición forestal.

  • Elaboración de planes de alerta temprana como
    parte de los planes de desarrollo territorial en los
    gobiernos locales y regionales.

  • Elaborar mapas de riesgos locales y regionales con
    sistemas de alerta temprana.

  • Difundir la valoración y el cultivo de la
    biodiversidad y los ecosistemas desde el punto de vista
    cultural y económico e investigar las interacciones y
    la retroalimentación entre sistemas humanos,
    biofísicos, la seguridad y la soberanía y
    capacidad de negociación en el mercado.

  • Propiciar la elaboración de proyectos para
    fortalecer los procesos de nueva ruralidad en las comunidades
    campesinas, como el turismo, la gastronomía, el
    hospedaje, la artesanía, etc.

Específicamente, se propone, por ejemplo, a nivel
de microcuencas las siguientes acciones (Figura 6) para lograr
como propósito u objetivo principal: mejorar las
condiciones de conservación y disponibilidad de recursos
hídricos en beneficio de las familias campesinos de una
microcuenca.

Figura 6:

. Monografias.com

Actividades

Con la realización de esas actividades y el
cumplimiento del objetivo principal se podrá obtener los
siguientes resultados y fin de los proyectos en la microcuenca
(Figura 7).

Figura 7:

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Visión
cultural de las
sociedades andinas para la predicción
climática y planificación productiva

La presente sección tiene como objetivo exponer
los componentes de la visión de las sociedades andinas,
las cuales asumen un determinado comportamiento relacionado con
la naturaleza y optan por determinadas estrategias en sus
decisiones productivas y sociales. Marco de referencia conceptual
que será un referente para la sistematización,
así como para la interpretación de los procesos de
planificación y predicción climática
elaborados por las sociedades andinas.

1.Características de las culturas en los Andes
y la planificación

La perspectiva de análisis de la matriz cultural
andina de hoy es, por un lado, enfatizar las
características culturales que vienen del pasado
–aunque hoy están muy modificadas- y las
características de la cultura moderna – la cultura
criolla entre otras- que han sido incorporadas en esa matriz
cultural andina actual. Es, pues, un fenómeno
intercultural mediante el cual se ha conformado una determinada
matriz cultural.

1.1.Valores y percepciones en la cultura andina para
la predicción climática: hipótesis de
trabajo

Las características de la matriz de valores y
conceptos que orientan a las sociedades andinas para actuar y
tomar decisiones respecto a las relaciones con la naturaleza y
sus prácticas productivas anuales se muestran en el
siguiente diagrama (Figura 8), que en suma se propone la ruta de
empezar por planificar participativamente un programa de alerta
climática temprana en espacios rurales determinados, que
sean parte de los planes de desarrollo económico de los
gobiernos locales y regionales, con un enfoque de desarrollo
territorial.

Plan que deberá basarse en los conocimientos de
los indicadores climáticos naturales de las comunidades
originarias andinas, amazónicas, etc. y, en una
relación equitativa e intercultural, se unan esos
conocimientos con lo mejor de los conocimientos
modernos.

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Los conocimientos de las comunidades originarias andinas
(que es donde se realiza esta sistematización), tienen las
siguientes características:

  • a) Concepto de totalidad orgánica y
    la especialización en la valoración del
    conocimiento campesino

El conocimiento de la realidad y sus posibilidades de
transformación o desarrollo, en las sociedades andinas, se
orientan por la percepción de la naturaleza y sociedad de
manera totalizadora. En ese sentido, la visión y las
percepciones de estas sociedades sobre la naturaleza y la
sociedad es holística, es decir, la realidad la perciben e
interpretan como un todo orgánico.

En estas culturas se perciben y toman decisiones
entendiendo las relaciones entre cada uno de los componentes del
ecosistema y la sociedad. Esta visión no fracciona y no
hace una taxonomía o división de los componentes de
la realidad. Perciben que esa realidad está integrada por
componentes materiales y espirituales. Se entiende, por ejemplo,
las relaciones que existen entre la naturaleza y la supervivencia
de la sociedad, entre el agua, el suelo, el medio ambiente, la
sostenibilidad duradera y los dioses; es decir, las relaciones
entre lo fáctico y lo simbólico. En tal sentido se
aprecia, por ejemplo, la enorme importancia que tiene el
agradecimiento a la "pacha mama" (fe religiosa a la tierra, la
que es valorada como el centro del cosmos) y el deseo de obtener
una mayor producción en el futuro (el deseo de "salir
adelante").

En ese contexto, se entiende que en la visión
totalizadora andina se percibe la integración de las
relaciones de la sociedad, la economía y la naturaleza.
Visión que tiene como componte básico lo que hoy se
denomina como "racionalidad ecológica", donde "las
prácticas productivas se relacionan con la
cosmovisión del mundo, con los mitos y las creencias
religiosas de cada comunidad; de sus hábitos de consumo y
del acceso socialmente sancionados a sus recursos" (Leff,
Enrique; 1994).

  • b) Relacionalidad, participación y
    reciprocidad: principios para alcanzar el bien
    duradero

De acuerdo el principio de la totalidad, no es el
individuo el objeto del bienestar o el
desarrollo[14]en la sociedad andina, sino el
"todo"; es decir, el principio del bienestar es holístico,
no es sólo alguna variable la que podría ofrecer
condiciones para el bienestar, como podrían ser el
incremento de la rentabilidad de un determinado cultivo
agrícola, de los ingresos o de una persona aislados de los
demás componentes del predio agrícola y de la
propia familia y la comunidad.

En la visión andina el bienestar y el desarrollo
debe incluir a " todos" (llapanchis), que incluye a la
naturaleza. Al respecto, un estudioso de la cultura andina, como
J. Estermann, afirma lo siguiente:

"Para la filosofía andina, el individuo como tal
no es "nada" (un "no ente"), es algo totalmente perdido si no se
halla dentro de una red de múltiples relaciones. Si una
persona ya no pertenece a la comunidad local (ayllu), porque fue
expulsada o porque se ha excluido por su propio actuar, es como
si ya no existiera; una persona aislada y des-relacionada es un
ente muerto"[15] .

Esos principios de relacionalidad[16]y
participación hacen posibles que la sociedad se articule y
oriente los cambios de estrategias para la conservación de
los componentes de la naturaleza (tierra, agua, plantas, aire,
etc.). En esta cultura, si se mantienen esas relaciones de
reciprocidad y participación en equilibrio y
armonía, entonces, habrá cambios "perdurables" o
"duraderos". De acuerdo a la terminología de la
concepción holística moderna, habrá entonces
desarrollo sostenible[17]

No obstante, estos valores se van perdiendo en
determinadas localidades en la medida que las sociedades andinas
se modernizan, en tanto que en otras localidades tienden a
recuperarse, afirmarse o a combinarse entre la totalidad y la
individualidad; por ejemplo, mediante de asociatividad o los
proyectos comunales, en los cuales se está considerando de
nuevo la importancia de la protección de los recursos
naturales y no su destrucción.

Lo importante para los proyectos relacionados con la
adaptación climática y el desarrollo es la
recuperación y afirmación de estos valores
ancestrales, así como adaptar o innovar las
tecnologías modernas.

  • c) Complementariedad y la
    cooperación

La "complementariedad" unida a la "cooperación"
para alcanzar la "competitividad" en la sociedad actual, son
también valores que están muy presentes en estas
culturas andinas. Esta visión valórica dual
–lo individual y lo cooperativo- ha dado origen a que
algunas ONG y algunos gobiernos locales consideren la
adaptación del nuevo término de la
"coopetencia"[18] para promover los planes de
desarrollo económico y social locales.

La complementariedad y la cooperación se basa en
la visión "dual" entre los dos lados que componen a todas
las cosas o seres, como es "tinkuy" o el "kollana y el
"kcayhua"[19], mediante los cuales se estimula al
trabajo, dándole mayor intensidad, calidad y, al mismo
tiempo, un trabajo en un ambiente de mayor satisfacción y
recreación (es el "pukllay", o la fiesta que siempre
acompaña al trabajo y a todas las acciones
humanas).

Esa dualidad se explica en razón de que en la
visión andina las cosas o la naturaleza y la sociedad
siempre van unidos, a pesar de estar divididos en dos
componentes, por ejemplo la naturaleza y la organización
social, sin embargo los dos son concebidos como una unidad.
Asimismo, los territorios locales siempre son concebidos en dos
partes: urin y hanan.

Igualmente existen dos cerros sagrados en las
comunidades o dos "apus" , buenos o malos, uno está
ubicado en el oriente y otro en el occidente (así son
concebidos también en regiones del Norte del Perú
donde los campesinos sólo hablan español, por
ejemplo, en Hualgayoc en Cajamarca o en Santiago de Chuco en la
Libertad)[20], así como la división
entre la naturaleza y la sociedad o entre lo femenino y lo
masculino, el pueblo y las autoridades, etc. (Valderrama,R. y
Escalante, C. 1988. Ansión, J. 1987). No obstante todos
conforman una unidad, se establecen relaciones entre las dos
partes, no se comprenden de manera separada.

d) Analogía entre los componentes de la naturaleza,
los humanos y los dioses: relación ética para la
sostenibilidad

En las culturas andinas los componentes de la naturaleza
son considerados simbólicamente como personas
sobrenaturales, por esa razón la tierra, los cerros, el
agua o los cultivos agrícolas son venerados y cuidados
como dioses. Con cada animal o cultivo agrícola hay una
empatía que da significado a la visión
andina.

Ese «buen sentido» de la analogía
estimula a las sociedades andinas para tratar de lograr un margen
de seguridad productiva y alimentaria, a pesar de la dureza del
clima, de la falta de agua, del cambio climático o el
difícil relieve del suelo.

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Esa unión entre la religiosidad y la naturaleza
son fundamentos para lograr la seguridad productiva para el
bienestar de las familias y la comunidad en un tiempo perdurable.
Al respecto V. Ochoa (1978: 4) refiriéndose a lo sagrado
que son los cultivos agrícolas escribe:

«Cada clase de producto es sembrada en una parcela
de terreno que, una vez cultivada, recibe el nombre de "yapu".
Este "yapu" o cultivo agrícola se tiene que trabajar con
toda seriedad, paciencia y en la mejor manera posible. No hay que
desamparar a las plantas cultivadas o también silvestres
en ningún instante, pues, hay que quererlas, con
cariño, tocarlas con toda fe. Los productos son
considerados como a las personas».

Ese principio de analogía de la naturaleza, los
dioses y los humanos refuerza y le da un contenido especial al
concepto de sostenibilidad en las sociedades andinas. En esa
consideración personificada de los componentes de la
naturaleza y la chacra, los componentes del agroecosistema
(plantas agrícolas y animales) son valorados como seres
que han venido a visitar a las gentes de este mundo. En las
culturas andinas el ideal de la conservación de los
recursos naturales no sólo es parte de su religiosidad
sino también de su planificación
productiva.

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e)Idea de bienestar duradero con la seguridad
productiva y alimentaria

Los principales ítems tecnológicos que se
registran en los ciclos productivo y sagrado son previstos en sus
ritos, fábulas, fiestas, etc., los cuales están
relacionados con el ideal andino del bienestar duradero. Esos
ítems tecnológicos e ideales centrales son los
siguientes:

  • La idea de la seguridad productiva, los conduce a
    dominar diversos pisos ecológicos y a producir
    diversos cultivos. Esa opción tecnológica va
    seguida en el tiempo sagrado de ritos y oraciones para la
    «pachamama» de cada piso ecológico, por lo
    cual oran diferenciadamente. Por ejemplo de la siguiente
    forma: «Santa tierra de la ladera, santa tierra de la
    colina, santa tierra de la pampa, envíanos cosechas
    abundantes para el año.» (oración a la
    Pachamama, recogida por D.
    Llanque)[21].

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Rito a la cosecha (Dibujo elaborado por el campesino
Escolástico Chirapo de la comunidad aimara Santa Rosa de
Yanaque.).

Asimismo, se crea un conjunto de reglas para proteger y
mejorar la capa fértil de los suelos como la
rotación de cultivos, el respeto de una jerarquía
de cultivos por pisos ecológicos, los sistemas de
abonamiento con insumos orgánicos, la rotación de
pastos, el uso de diversas opciones de infraestructura
agrícola como andenes, "qochas", qòtañas,
terrazas, camellones, sistemas de riego moderno o tradicional,
etc..

  • La seguridad alimentaria y la lectura de indicadores
    climáticos naturales son estrategias centrales en la
    organización social andina y en la
    planificación tecnológica. Procesos que se
    sintetizan simbólicamente en diversos ritos para
    prevenir las heladas o sequías. Como también en
    diversas explicaciones sobre sus orígenes como
    consecuencias del mal comportamiento social o moral de
    algunos individuos de la comunidad (por ejemplo, se cree que
    la «granizada» es causada por jóvenes
    mujeres que se han sometido al aborto).

En suma, para lograr el bienestar duradero, basado en la
seguridad productiva y alimentaria, se mezclan en una unidad con
la religiosidad y la importancia de los alimentos de estas
sociedades andinas.

Así por ejemplo, explica Domingo Llanque (1990),
que en las comunidades aimaras de Perú y Bolivia se
levanta la idea de un "Dios de los alimentos", que es celebrado
en el ritual aimara denominado "Mamata uruyaña" (en el mes
de mayo), "que significa festejar y homenajear al
´espíritu vital´ o el alma alimenticia de
todos los productos agrícolas, aunque este rito se centra
en el cultivo de la papa, por ser el alimento primordial en estas
sociedades".

f)Sentido de comunidad, la conciencia solidaria y la
religiosidad

Otro componente importante de la cultura andina para el
desarrollo humano sostenible es la organización comunal
("ayllu", es decir todas las familias), que es base para la
generación y fortalecimiento del capital
social.

Se considera a la "comunidad campesina" como la
institución básica que –junto con la familia
tiene enorme fortaleza para planear proyectos propios e
inducidos. La importancia de lo comunal –aunque ya no
existan tierras comunales- ha sido resumida por E. Gonzales de
Olarte (1984) como "efecto comunidad", por la importancia de la
gestión colectiva de recursos y relaciones de trabajo
interno, pero también por las gestiones con lo externo,
con el comercio y las relaciones con las
instituciones.

La comunidad campesina (que puede haber mutado como
caserío o gobierno municipal) trasciende la forma comunal
de la propiedad de la tierra, porque se edifica sobre las ideas
del "origen común" de sus integrantes. Donde los recursos
naturales, como la tierra, los cerros o las montañas
(Figura 11) que son reconocidos como dioses, son también
el origen de estas poblaciones.

Esa idea del origen común los lleva al respeto
colectivo por sus deidades, fe y etnicidad comunes, manteniendo
los lazos de cooperación y reciprocidad aún cuando
la propiedad comunal de la tierra haya sido reemplazada por la
propiedad individual-familiar, incluso el efecto comunidad se
extiende más allá del territorio de la comunidad y
va hacia otros lugares donde emigran sus pobladores, donde se
siguen practicando los principios de ayuda mutua o los ritos
religiosos de la comunidad de origen.

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La institución comunal -manifestada en diversas
formas de organización, como comités, faenas,
grupos familiares, juntas de regantes, club de madres, etc.- ha
sido el bastión para que los grupos sociales originarios
hayan resistido a los factores negativos o las oportunidades de
su entorno, tanto políticos como religiosos y sociales.
Idea de lo comunal que ha trascendido su origen rural,
extendiéndose hacia las áreas urbanas en diversas
formas organizativas.

La "comunidad campesina" debe ser el puente principal
para un desarrollo desde dentro (la visión andina) y en
diálogo o asimilación con la modernidad; aún
cuando ello implique al mismo tiempo conflicto y
concertación[22]

La conciencia colectiva y solidaria en la cultura andina
está fuertemente relacionada con la conservación y
mejoramiento de los recursos naturales en espacios tales como las
cuencas, lo que les permite ampliar su horizonte conceptual hacia
las relaciones intercomunales, y no solamente al interior de cada
comunidad individual.

Esa conciencia es remarcada en los ritos intercomunales
e interculturales, como el "pago al agua", donde puede apreciarse
mejor los conceptos que se han venido exponiendo.

Por esas razones, cuando se elabore una propuesta de
alerta temprana para prevenir los cambios negativos del clima,
basada en estas culturas locales y en los pronósticos de
la tecnología moderna, se debe considerar a los vigilantes
de campo -que tienen el rol de prevenir a toda la comunidad sobre
las posibilidades de que ocurran desastres a consecuencia del
cambio climático- como los núcleos principales de
la difusión de estrategias y prácticas que aminore
los efectos negativos del clima.

1.2Percepción valórica y las causas de
los fenómenos del clima en la visión
andina

Los pobladores andinos no conocen las causas de los
fenómenos meteorológicos. No conocen que el
enfriamiento del aire, por ejemplo, es la causa de las heladas y
que las granizadas se producen por la condensación del
agua en la atmósfera (Kessel, J y Enríquez, P.
2002). Como tampoco saben cómo los gérmenes o los
microbios causan enfermedades. Esas explicaciones de la ciencia
moderna no están al alcance de las culturas andinas, como
tampoco lo están al alcance de las culturas populares
urbanas no andinas.

Por lo tanto, las explicaciones de los fenómenos
meteorológicos en la visión andina tienen como
marco su propio mundo cultural. De acuerdo a ello en la
visión andina del cambio climático se tiene las
siguientes explicaciones sobre las causas de los cambios
negativos del clima:

a)Cuando hay ruptura del equilibrio entre naturaleza,
sociedad y el diálogo con los dioses

Los fenómenos climáticos, como las
sequías, heladas, rayos, etc., asimismo las enfermedades,
según la visión andina, son consecuencia de la
"ruptura del equilibrio de comunicación entre el mundo
terrestre" ("aka pacha", en aimara) con el mundo celestial ("alak
pacha").

Equilibrio que se rompe debido a que la sociedad deja de
celebrarse ritos a la pacha mama, a los dioses que moran en los
cerros o en los cielos (ubicados en el "alak pacha"), como
también dejan de realizar trabajos para proteger o
conservar los recursos naturales de este mundo terrestre (el "aka
pacha") (Llanque. D. 1990). Es decir, en esas percepciones y
visión sobre las causas de los fenómenos
climáticos negativos, se manifiesta el lado
simbólico y el lado positivo o real.

Por lo tanto, ese equilibrio se restituye recuperando
las prácticas religiosas ancestrales y las
prácticas cristianas. Como también recuperando y
mejorando las tecnologías y los saberes del pasado o de la
cultura moderna (ceremonia del dios "Awki", en aimara). Donde el
culto a los muertos lo ven como una práctica necesaria a
seguir realizándose, porque ellos (los muertos) siguen
aconsejando a los vivos sobre cómo debe producirse, como
manejar la tierras, los cultivos agrícolas, el agua, los
cultivos o la ganadería[23]

b)Debido al debilitamiento de la identidad ancestral
y la crisis de valores entre los pobladores
andinos

Los fenómenos climáticos negativos se
producen debido también a que la sociedad está en
crisis de valores, como los siguientes: debido al debilitamiento
de la organización comunal, la gente se vuelve pecadora,
hay mucha envidia, hay abortos provocados, hay muchas discordias
entre las familias, no se bautizan a los niños, hay lucha
por lo tanto entre el bien y el mal.

Se resuelven los problemas climáticos cuando los
pobladores logran comportarse adecuadamente de acuerdo a los
valores sociales (función ética de la cultura). Con
lo que, al mismo tiempo, se fortalece la identidad con sus
raíces culturales, se fortalece la identidad y el efecto
comunal y se disminuyen los conflictos sociales.

c)Conceptos de espacio y tiempo para la
planificación de la producción

En toda teoría sobre el desarrollo son centrales
los conceptos de espacio y tiempo, porque en el espacio se
planifica la distribución y en orden adecuado los recursos
productivos (tipos de tierras, semillas, instrumentos, insumos,
fuerza de trabajo, etc.), en las zonas de producción
(comunidades, pisos altitudinales, cuencas, regiones, etc.) es
decir, es el ordenamiento territorial en el espacio comunal.
Mientras que el tiempo sirve para planificar aquella
distribución de recursos en determinado orden sucesivo o
cronológico.

El hombre y la mujer andinos perciben al tiempo en forma
cíclica, como un fundamento de su matriz conceptual. Por
ejemplo, siempre piensan en torno al ciclo de la siembra, las
labores culturales, la cosecha, y otra vez la siembra, al igual
que el tiempo cíclico de las estaciones, pero no hay una
repetición exactamente igual en todos los años (el
cambio es el retorno, pero en nuevos planes, en espiral), pues,
varían en sus decisiones de acuerdo tanto a los cambios
climáticos, como también de acuerdo a los cambios
en sus necesidades, en sus ciclos vitales o de acuerdo al mercado
.

Hay también una unión entre el ciclo
sagrado de las fiestas y los ciclos en la producción
(Figura 12), porque en esta sociedad la espiritualidad es el
primer fundamento de su comportamiento interrelacionado
holísticamente con lo material.

En este proceso de unidad entre lo espiritual y lo
material surge la noción de lo simbólico como la
expresión vinculada entre los ciclos de lo espiritual (la
fiesta o los ritos) y los ciclos de lo material que tienen vida
(los ciclos de la vida de la naturaleza o la
agricultura).

Figura 12:

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En consecuencia, la vida humana en la visión
andina se fundamenta en un ritmo cíclico donde el
agricultor se relaciona permanentemente con la tierra, durante
todo el ciclo vegetativo de las plantas.

Por ello, se celebran ritos en cada fase vital del ciclo
agropecuario; en la siembra se hacen ofrendas a la
«pachamama», en los carnavales se hacen nuevamente
pagos a la tierra y a los cultivos agrícolas cuando
florecen las plantas y en las cosechas se efectúan la
"challa" a los productos, así como también se
celebran ritos en cada fase del ciclo ganadero.

Por ejemplo, en las comunidades aimaras y quechuas,
después de la cosecha, los campesinos exponen en sus casas
los mejores productos donde han obtenido mayores rendimientos,
pese a las sequías o heladas.

En esa cosecha celebran el ritual de la "challa" de los
frutos (es el día de la diversidad de los productos),
donde se agradece a la "pacha mama" (la tierra como deidad) y se
identifica a los mejores suelos por la mejor cosecha producida;
así como también se clasifican las mejores semillas
sean estas nativas o foráneas; como también se
evalúan los abonos utilizados, mediante los cuales se
logró una producción más segura en
relación a la variabilidad climática. Y se promete
mejorar los suelos que no dieron buena producción
abonándolos mejor en el próximo año
agrícola.

Es decir, al final de cada uno de los ciclos anuales de
los cultivos y las crianzas ganaderas, estas sociedades
evalúan las cosechas y lo combinan con la
celebración de sus ritos. Evaluación que trasciende
también a la predicción de la variabilidad
climática, es decir, evalúan que tan cierta o
errónea fue la predicción que hicieron sobre
cómo serían los fenómenos
meteorológicos (lluvias, sequías, granizadas, etc.)
y cuáles fueron realmente sus efectos para la agricultura
y la ganadería.

1.3 Importancia del concepto del tiempo
cíclico y el espacio en la predicción
climática y para la producción
agropecuaria

El concepto del tiempo en las culturas andinas es
principalmente cíclico, se inicia en la preparación
de la tierra para iniciar el ciclo anual de los cultivos
agrícolas y termina con la cosecha y se inicia de nuevo el
ciclo de la siembra. En cada fase del ciclo agrícola se
realiza una fiesta determinada y ritos en las sociedades andinas.
Al respecto, Cadorette, R. (1978: 14), que ha investigado esos
procesos entre las comunidades aimaras de Puno, escribe que "los
ritos en los cultivos agrícolas, en el trabajo… en la
chacra, como en las demás obras diarias (incluyendo las
fiestas), no es una maña profana para el aimara, sino que
esas fiestas se efectúan como una necesidad
tecnológica y social».

En esas celebraciones y particularmente en los rituales,
los campesinos conversan con la naturaleza, con las semillas, con
la tierra (la "pachamama") con los cerros ("apus"), a quienes les
ruegan y les piden concejos para que les oriente sobre la
producción y les preguntan sobre cómo se
comportará el clima en las siguientes fases de la
producción agropecuaria. Es allí donde observan
paso a paso, los mensajes que le dan los indicadores
climáticos naturales, conforme avanza el tiempo del ciclo
anual de la agricultura.

Así, por ejemplo, en el Figura 13 se identifican
las conversaciones entre los seres vivos y los dioses de la
naturaleza en cada fase del ciclo del tiempo climático y
agrícola en los siguientes términos:

  • El ciclo anual de la agricultura los campesinos van
    observando los indicadores naturales, que comprende desde
    marzo de un año hasta marzo del siguiente año.
    En ese ciclo se integran los meses que no hay lluvias (desde
    junio hasta octubre) y el periodo de lluvias (noviembre a
    marzo).Al inicio del ciclo observan en los suelos
    agrícolas y en el ambiente, por ejemplo, el
    comportamiento de determinadas larvas y aves silvestres. De
    esa manera, van registrando diversos bioindicadores en cada
    mes para predecir lo que podría ocurrir en el futuro
    con los cultivos agrícolas.

  • En ese ciclo de observación de los
    indicadores naturales van prediciendo lo que podría
    ocurrir con los fenómenos meteorológicos, por
    ejemplo, la forma y el color de las nubes, la temperatura del
    medio ambiente, los días cuando son más
    calurosos que lo normal, ello indica que pronto habrá
    granizadas (Van Kessel, J. y Enríquez, P. 2002:
    147).

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Entonces, la importancia de la percepción
cíclica del tiempo en estas culturas andinas para el
desarrollo tecnológico y el desarrollo económico,
donde se une lo sagrado (los ritos de la religiosidad
tradicional) y lo laico (la predicción de los cambios en
el tiempo climático mediante la observación de los
bioindicadores), radica en que:

  • Con esas predicciones del tiempo climático se
    pueden planificar el uso y manejo de los recursos naturales,
    económicos y sociales de acuerdo al calendario de la
    producción agrícola y ganadera; los
    ítems de sus fases productivas están indicados
    cíclicamente en el tiempo sagrado (ritos, ceremonias y
    fiestas).

  • Asimismo, de acuerdo a esas predicciones del tiempo
    climático se puede manejar mejor el espacio, el
    territorio, el cual va unido al concepto de tiempo. Por
    ejemplo, de acuerdo a las predicciones del tiempo
    climático los campesinos decidirán si siembran
    más en las laderas de los cerros porque han predicho
    que el año será muy lluvioso o en la pampa si
    en el año habrá menos lluvias.

1.4 Redes sagradas, organización y
conversación con la naturaleza y los dioses

A las redes de información (varias personas
informantes sobre sus observaciones del clima) y los nudos
(campesinos expertos que reciben y procesan la información
de los indicadores naturales) que se tejen entre las familias
para informarse sobre el clima, se suma ahora las redes sagradas,
donde los humanos tienen que conversar con las deidades, la
naturaleza y los antepasados en tres grandes redes:

  • A nivel más general y abstracto hay una red
    sagrada (simbólica) que está compuesta por
    a)las deidades, b)la naturaleza y c) los humanos (el
    círculo del lado izquierdo de la Figura 14). A su vez
    cada componente de esa red es una colectividad. El ritual
    permite que estos tres componentes y sus tres redes se unan
    en una organización aún más poderosa que
    es el concepto de "comunidad sagrada".

  • El cariño y los sentimientos son los
    elementos espirituales que permiten el enlace
    recíproco entre uno y otro componente de cada
    colectividad; por ejemplo, el cariño de los humanos
    por la crianza de las semillas permite que la tierra (que es
    una deidad) sea más fértil y dé
    más producción.

  • Aquella red sagrada que sirve de guía para la
    acción de los campesinos, en su funcionamiento, pasa a
    ser expresada como los tres criadores de vegetales y
    animales: a)los dioses (especialmente los "apus" y la
    "pachamama"), b)los gentiles (antepasados o difuntos), a
    quienes se recurre para pedir concejos desde el pasado y
    c)los humanos, los cuales mantienen una conversación
    ritual (es el pequeño círculo del lado derecho
    de la Figura 14).

  • Cada colectividad de esa red tiene su chacra "Yapu"
    (es decir la idea es que los dioses y los muertos
    también trabajan para poder enseñar), lo que
    les permite compartir lo que saben.

Así, el cultivo de la chacra de los humanos
requiere de una sintonía entre ellos y los criadores
sagrados, de cuyo "acuerdo" (en el rito y en la
interpretación de los indicadores climáticos) se
tiene como resultado decisiones más certeras para empezar
la siembra (Cutipa, Sabino. 2001: 27) en determinada fecha y con
determinadas variedades de semillas o zonas de
producción.

Las dos colectividades anteriores que conforman estas
redes, que unen lo sagrado y lo laico, se integran
sistémicamente en una gran red que es el "ayllu" o la
comunidad, compuesta por autoridades, asambleas, familias,
cultivos, animales y dioses. Todos son una gran comunidad. Ese es
el tejido de una gran institucionalidad.

En la existencia de esta gran colectividad radica una de
las fortalezas de las sociedades andinas para amortiguar los
efectos del cambio y la variabilidad climática, como
también de los efectos negativos del mercado.

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2.Los métodos de la comunicación y
educación en la sociedad andina y sus implicancias en la
predicción climática

Otra dimensión explicativa de las estrategias que
utilizan los campesinos andinos para mitigar los efectos
climáticos y para lograr mejores niveles de
producción y seguridad alimentaria, sobre todo en los
años afectados por los cambios meteorológicos
negativos, son los medios de comunicación y la
educación tradicionales que ellos utilizan en sus
relaciones familiares, comunales y en las fiestas
religiosas.

Estas actividades son pues un verdadero sistema de
comunicación para la alerta temprana de los efectos del
cambio y la variabilidad climática. Sistema de
comunicación tradicional que tiene "nodos" en la familia,
en la comunidad, en las relaciones intercomunales y al nivel
regional y nacional. Procesos de comunicación que van
asociados con la interpretación de los indicadores
naturales que predicen el clima y se efectúan a acorde con
el ciclo anual agrícola y religioso de la comunidad
(Figura 15).

Figura 15: Sistema de comunicación tradicional
mensual sobre los cambios en el clima: ritos e
interpretación de los indicadores climáticos
naturales

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Cuando los campesinos pronostican que se viene un
"año malo", esa noticia se difunde muy rápidamente
entre todas las familias. Las comunicaciones se realizan mediante
diversos medios como son la educación espontánea
que se practica en los hogares y las relaciones culturales en
general entre comuneros.

En todos los meses del año los campesinos se
comunican sobre diversos temas que afectan a sus comunidades y
familias. Las noticias sobre la observación de los
indicadores naturales que predicen el clima son uno de los temas
centrales en esas comunicaciones.

Por ejemplo, en el mes de enero se efectúa la
segunda vuelta de los emigrantes temporales (en el mes de agosto
es la primera), quienes comunican a sus familias sobre las
características del periodo vegetativo de una serie de
plantas silvestres de la costa que predicen las variaciones
climáticas.

La evaluación que realizan los campesinos sobre
las manifestaciones de los indicadores climáticos
naturales constituye una forma de diálogo entre los
humanos y la naturaleza. Ese diálogo les permite
pronosticar las variaciones climáticas que habrán
en los meses sucesivos, sobre todo les interesa saber cómo
será el régimen de lluvias y las heladas en los
meses de enero a marzo, periodo en el que hay mayor necesidad de
agua para los cultivos agrícolas.

3.Índice de capital social y confianza en las
redes de información

En esta parte del trabajo se analiza el grado de
confianza que tienen los campesinos en las redes de
información sobre los probables efectos de los cambios en
el clima, así como la importancia que le dan a los ritos
religiosos para predecir el clima y para tomar decisiones
productivas.

Las redes de información, entre los campesinos y
su entorno sagrado, son reconocidas por estas sociedades como una
de las potencialidades más importantes para predecir los
cambios en el clima, pero también para planificar las
estrategias de vida. Redes y sacralidad que se constituyen en una
de las formas más importantes del capital social y
cultural local en estas sociedades[24]

En tal sentido, aquí se expone los resultados de
la construcción de un índice de capital social, a
partir de la confianza de los campesinos en sus redes de
información horizontales, de la credibilidad en la
interpretación de cómo será la variabilidad
climática en la época de cultivos. Así como
la confianza que tiene la población en los ritos para
interpretar los indicadores climáticos y como medios para
tomar decisiones productivas en el futuro.

Al respecto, los resultados de las respuestas de los
campesinos entrevistados en el distrito de Capachica-Puno son las
siguientes (Cuadro 1):

  • Los que tienen mayor grado de confianza en la
    información recibida e interpretada por parte de las
    redes sobre la predicción climática (entre
    más horizontal sea la conversación se acerca al
    calificativo de "5" y cuando más vertical sea se
    acerca más a "1") son, en primer término, los
    campesinos del estrato tres y luego el estrato cuatro; es
    decir, los del estrato más alto tienen mayor confianza
    en estas redes de información.

  • Los campesinos del estrato social más alto y
    el más bajo tienen una opinión más
    favorable sobre la importancia de las redes para informar
    sobre la variabilidad climática, como también
    para tomar decisiones productivas en el manejo del
    territorio; por ejemplo, decisiones sobre los tipos de surcos
    en el suelo, las variedades y especies de semillas, etc.
    (puntajes del 1-3).

  • Acerca de la opinión sobre la importancia de
    los ritos para interpretar indicadores climáticos
    (puntajes del 1 al 3), en los cuatro estratos hay una
    opinión favorable, aunque se destacan con un
    índice mayor en el estrato tres y el cuatro (estratos
    sociales más altos) y tienen ciertas dudas los
    más pobres (estrato social uno).

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En conclusión, de acuerdo a este
índice, la población entrevistada sobre su
confianza en estas redes de información y en los ritos,
tienen los siguientes niveles de valoración de este
capital social: La mayoría (sumados los porcentajes de
aceptable y alta confianza) tiene una valoración positiva
del capital social (84% de la muestra).

4.Factores del modelo del "buen vivir" y
la felicidad en las culturas andinas

En este contexto de estrategias de
predicciones climáticas, el concepto del "buen vivir"
("Sumaq Kawsay" en aimara) en la visión andina está
articulado a la planificación y la predicción
climática. El buen vivir es un concepto que conlleva
nuevos paradigmas asumidos en los últimos tiempos en las
culturas originarias.

El concepto del "buen vivir" implica que
los humanos se sientan como parte y como participantes en la
conservación de la naturaleza. El movimiento
indígena en Latinoamérica ha ido recogiendo desde
esa diversidad de pueblos y culturas esta construcción el
concepto del "buen vivir", que tiene como principales fundamentos
el cuidado y respeto a la Madre Tierra, la "democracia" comunal y
la plena vigencia de sus usos y costumbres.

El "buen vivir" al estar basado en la
matriz cultural andina, tiene que ver con los conceptos de la
totalidad, el bienestar duradero y con los demás conceptos
explicados en este acápite.

El concepto del "buen vivir", como
condición para que los seres humanos (hombres, mujeres y
los distintos grupos generacionales) se sientan "felices", debe
estar integrado por los siguientes componentes (Figura
16):

  • Primeramente, la visión de la felicidad en
    estas culturas parte por la idea de de "salir adelante"
    (Ñaypakjman purirusunchis, en quechua). Esa es una
    condición para ser sociedades felices. La idea no es
    estancarse o pegarse al pasado, pues, en las sociedades
    andinas se vive el pasado, el presente y el
    futuro.

  • Para salir adelante se requiere percibir la
    "totalidad" (Yapan), que está integrada por la
    naturaleza y la sociedad, las que deben tener una
    relación armónica y preservarse, pero al mismo
    tiempo sus relaciones deben cambiar, deben
    innovarse.

  • Uno de los dos grandes ejes articuladores del
    "todo", es el cambio o el crecimiento de cada uno de los
    componentes de ese todo. Pero ese crecimiento es sobre la
    base del pasado (no de su negación), al cual se le
    denomina como "crecer" siempre (wiñay) para un buen
    vivir.

  • Cambio que empieza por la defensa de la "madre
    tierra", o con la relación armónica de la
    sociedad con la madre tierra o los cerros ("apus), porque de
    allí vienen las lluvias.

  • Madre tierra ("pacha") que representa al universo o
    al todo, espiritual y material. Abstracción relacional
    que fortalece la idea de la conservación de los
    recursos naturales y el medio ambiente. Pero es una
    conservación que se complementa con la
    innovación y la modernidad; por ejemplo, mejoramiento
    de los sistemas de riego tecnificado para un mejor uso del
    agua, de los suelos, de las semillas o de las crianzas
    ganaderas.

  • Para el "buen vivir" y la felicidad se requiere que
    la familia y las comunidades estén organizadas, que el
    bien que se alcance se base en la solidaridad, el ayni e
    incluya a todos ("llapanchis").

  • Otro eje articulador de ese todo que "crece" es
    "Juntar" (Hukllay) todos los componentes de la naturaleza, la
    familia y la comunidad; lo que es logrado mediante el
    equilibrio ("Allinman chayasunchis") entre los componentes de
    la naturaleza y las acciones productivas, económicas y
    sociales; así como la confianza (por ejemplo para la
    reciprocidad), el trabajo (realizado dentro o fuera de la
    comunidad) y el saber ("yachay", el originario y el
    moderno).

  • La visión del incremento y mejoramiento
    tecnológico de los cultivos agropecuarios son
    relacionados con la seguridad alimentaria y el mercado; son
    relaciones y principios que cierran este modelo del buen
    vivir en las sociedades andinas.

  • Otro componente de ese modelo del buen vivir y la
    felicidad en las sociedades andinas es la adaptación
    de diversos componentes de las culturas modernas, como son
    nuevos estilos de viviendas, maquinaria o movilidad
    motorizada. Componentes del buen vivir y la felicidad que
    están simbolizados, por ejemplo, por el diosecillo
    denominado "Ekeko", al cual también le celebran
    ritos.

Sobre la base de ese modelo en las culturas andinas, el
buen vivir se logra cuando las familias y las comunidades puedan
alimentarse bien, tener buena vivienda, vestimenta, salud,
fiestas e incrementan su economía con una mayor
producción obtenida en equilibrio y reciprocidad con la
naturaleza.

Figura 16: El modelo de los campesinos andinos para el
"buen vivir" y la felicidad.¿Cómo lograr salir
adelante? o el "desarrollo" en la cultura quechua:
Ñaypakjman purirusunchis

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Fuente: R. Claverías (2008)
Fuente: resultados en talleres en comunidades campesinas en
Ayacucho, Huancavelica y Puno.

La planificación, la lectura o
interpretación de indicadores naturales para predecir el
clima y las innovaciones para la adaptación
climática son estrategias fundamentales para tomar
decisiones tecnológicas y sociales, son las herramientas
principales para lograr productos o alimentos para poder realizar
ese modelo del buen vivir y ser felices.

Por todo ello, es de gran interés para las
sociedades andinas el fortalecer y difundir los conocimientos y
estrategias para la propuesta de alerta temprana sobre los
probables efectos de la variabilidad y el cambio
climático.

5. Planificación de acuerdo a la lectura de los
bioindicadores que predicen la variabilidad climática y el
concepto del "buen vivir"

Mediante aquella matriz valórica y conceptual,
las sociedades andinas observan e interpretan diversos
indicadores naturales que ayudan a predecir los cambios en el
clima. De acuerdo a esas predicciones, del diagnóstico de
sus necesidades y coordinación con los ciclos de las
rotaciones de los cultivos agrícolas y las crianzas
ganaderas, las comunidades y familias campesinas planifican las
prácticas tecnológicas que deben hacerse para el
siguiente año agrícola y pecuario.

5.1. Planificación con resultados de la
predicción climática

En la Figura 17, se expone esquemáticamente las
estrategias y el proceso de decisiones (las relaciones entre el
uso de los recursos naturales, la tecnología y las
relaciones sociales como totalidad) que optan los campesinos
andinos para la predicción y la planificación del
proceso productivo con la finalidad de minimizar los riesgos ante
los cambios climáticos y los efectos negativos del
mercado.

Estas estrategias y decisiones se efectúan en los
siguientes procesos:

Los campesinos observan el comportamiento de los
indicadores naturales, por ejemplo, plantas y animales silvestres
(observan en el año agrícola más de 100
indicadores climáticos naturales) que les anuncian si el
año será "bueno", "regular" o "malo" (además
de otras variantes), definidos por la normalidad o no de las
lluvias y temperaturas en el medio ambiente, así como sus
probables efectos en la producción
agropecuaria.

Por otro lado, también intercambian noticias
sobre la dinámica del mercado para sus productos. De
acuerdo a esas predicciones toman decisiones para el manejo de
tecnologías en el espacio y en el tiempo en sus parcelas,
en la comunidad o en sus relaciones con el exterior.

Figura 17: Indicadores para la predicción
climática y organización territorial para minimizar
los riesgos

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Cuando un año climático es negativo para
la producción agropecuaria, ocurren descensos muy
dramáticos en la producción y de los ingresos. Sin
embargo, no todas las economías campesinas llegan a una
crisis que amenace con su derrumbe, como hubiese ocurrido en otro
de tipo de economías agrícolas, pues, en estas
economías campesinas de los Andes manejan diversas
opciones para amortiguar o disminuir los efectos de los cambios
climáticos agudos, como son heladas o
sequías.

Algunas de las estrategias principales para mitigar los
efectos negativos del cambio climático son las siguientes
acciones[25]

  • Planifican la producción de acuerdo a la
    observación de indicadores climáticos
    naturales, siembran en diversas zonas de producción y
    en diferentes tipos de infraestructuras
    agrícolas.

  • La agricultura se basa en el uso de diversas
    estrategias de uso del territorio: de acuerdo al espacio y el
    tiempo, usan suelos por zonas de producción diversas,
    practican la rotación de cultivos, etc.

  • Optan por una mayor diversidad de especies y
    variedades, así como también adaptan cultivos
    tradicionales de otras regiones tradicionales y modernas a
    sus sistemas productivos.

  • Siembran semillas nativas más tolerantes a
    los cambios climáticos y realizan hibridaciones de
    semillas para seleccionar a las más tolerantes en
    relación al cambio climático.

  • Mejoran la calidad de la ganadería mediante
    razas de otras regiones o culturas.

  • Diversifican sus actividades económicas en
    sectores no agropecuarios.

  • Se organizan entre familias y comunidades de acuerdo
    a una propuesta propia del desarrollo de sus territorios para
    responder mejor a la variabilidad
    climática.

  • Después de una crisis debido al cambio y a la
    variabilidad climática, los campesinos más
    atentos a los indicadores climáticos naturales y
    mejores planificadores de tecnologías apropiadas para
    mitigar los efectos climáticos negativos, empiezan a
    levantarse económicamente de manera más
    rápida que las otras familias.

  • Sin embargo, las familias que salieron más
    rápido de la crisis se solidarizan con aquellas
    familias que aún no pueden salir de la crisis; por
    ejemplo, les proporcionan o intercambian semillas o alimentos
    a cambio de trabajo o en la forma de crédito
    informal.

  • Se generan nuevos proyectos no agrícolas para
    adicionar nuevas fuentes de trabajo e ingresos (nueva
    ruralidad).

Varias de estas estrategias, que fortalecen la capacidad
de resilencia local, han sido extrapoladas por los campesinos
emigrantes a las ciudades, como lo veremos más
adelante.

Interpretación
en la visión andina sobre los indicadores naturales o
"señas" y la previsión
climática

Frente a las variaciones climáticas tan
irregulares en la región de los Andes, los campesinos han
tenido que crear tecnología para adaptarse a
frágiles agroecosistemas. Pero también tuvieron que
optar por descubrir indicadores naturales muy específicos
para predecir los cambios en el clima y sus probables efectos en
la agricultura y la ganadería.

Y de acuerdo a esas predicciones, los campesinos andinos
tuvieron que optar también por procedimientos para
planificar los procesos productivos futuros, en función a
varios factores decisorios, entre los que se consideran
principalmente los indicadores naturales, o el diálogo con
las "señas" (plan silvestres, animales, astros, etc.), que
les "comunican" en los "ritos". Señas que se manifiestan
en diversas fases meteorológicas que componen el ciclo
anual de la agricultura y la ganadería, como se observa en
la figura (Figura 18).

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Fuente: Modificado a partir de la
propuesta de Kessel, J y Enríquez, P. 2002.

1.Observación e interpretación de los
indicadores naturales de acuerdo a los ciclos
anuales

Los indicadores naturales o "señas" ("lomasas",
en el idioma aimara) son observados de acuerdo a los meses del
año que está compuesto por dos fases o periodos.
Uno de los periodos de heladas está integrado por los
meses del año en que no hay lluvias o son escasas (mayo a
noviembre) y otro periodo es donde se presentan las lluvias (de
diciembre a abril) y, por tanto, es el periodo de la agricultura
(Diagrama 1). En cada uno de esos periodos los campesinos
indígenas observan e interpretan el comportamiento de los
indicadores climáticos en el siguiente sentido:

1.1 Periodo de heladas y sequías:
predicción productiva y soberanía
alimentaria

Es el periodo que hay escases de lluvias (entre mayo y
diciembre), tampoco hay agricultura, los indicadores naturales
que observan y dialogan generalmente es a partir del barbecho
(chakmay) o el movimiento de los suelos agrícolas. Tarea
que se inicia en el mes de marzo y continúa hasta fines
del mes de noviembre, cuando finaliza las fechas de
siembras.

La observación de los indicadores naturales se
inicia mayormente en el periodo en que no hay lluvias ni
agricultura, básicamente con los siguientes
objetivos:

(i)Prever cómo será el comportamiento del
clima en el periodo lluvias y cultivos
agrícolas.

(ii)Planificar las especies de semillas que
deberá cultivarse (las menos o más tolerantes a
sequías, heladas o granizadas, dependiendo del tipo de
año que se haya pronosticado).

(iii) Seleccionar los mejores días para el inicio
de la siembra de cultivos agrícolas (siembra temprana,
media o tardía).

(iv) Seleccionar las zonas agroecológicas de
acuerdo al tipo de año diagnosticado (mayormente parcelas
en zonas de laderas de cerros cuando el año podría
ser muy lluvioso o con muchas heladas o, en su defecto, la
siembra será en zonas de pampa cuando el año
será con lluvias normales y con escasas
heladas).

En ese primer periodo del año es crucial que los
campesinos sigan manteniendo la soberanía productiva y
alimentaria, porque solamente con poder de decisión en el
manejo de las especies y variedades de semillas, los campesinos
pueden optar con libertad para decidir qué cultivos son
los más apropiados para las características del
tipo de año climático que han
pronosticado.

De lo contrario, si pierden esa soberanía, ya sea
porque dejan de guardar sus propias semillas o porque empiezan a
depender de los semilleristas internacionales o, en el peor de
los casos, debido a la invasión de los cultivos
transgénicos, entonces, ya no podrán seleccionar
semillas de acuerdo al pronóstico del tipo de año.
Por lo tanto, habría menor capacidad de adaptación
al cambio climático y menor seguridad
alimentaria.

Por otro lado, en este periodo también es
trascendental que conozcan su territorio, las zonas
agroecológicas, los tipos de suelos, las zonas que son
más o menos afectadas por las heladas, las vocaciones de
los suelos para las distintas especies agrícolas, etc. Es
decir, las comunidades andinas tienen que tener un alto
conocimiento de la vocación ecológica y
económica de cada una de sus parcelas, un buen
conocimiento del ordenamiento territorial comunal.

Este primer periodo, a su vez se divide en tres fases
(Kessel, J y Enríquez, P. 2002):

(i)La primera es entre mediados de marzo hasta mediados
de abril, que corresponde al inicio del tiempo de heladas.
Periodo en que se lleva a cabo la actividad del barbecho en las
comunidades campesinas.

En este momento, se observan los indicadores naturales,
como las siguientes señas: Ch´aka phiri (larbas), el
ave allqamari (gallinazo) y la q´awsillu (planta silvestre
que produce goma). Esos indicadores van señalando la
tendencia general del ciclo agrícola que se prevé
para el segundo periodo del ciclo anual.

(ii)La segunda fase se inicia en el mes de mayo hasta
junio. Es inicio de las heladas y la ausencia de nubes, por lo
tanto, en esta fase se observan más los indicadores
astronómicos. Sólo quedan algunas plantas
silvestres como el sancayo, al qué también
observan. También hacen diversos sorteos en este periodo
para predecir el clima en el segundo periodo del
año.

(iii)La tercera fase, que es de mayor intensidad de
heladas, se inicia alrededor de la segunda quincena del mes de
julio hasta la primera quincena de septiembre, es cuando termina
la fase de la falta de lluvias.

En esta fase se observan e interpretan diversos
indicadores naturales del clima y se pasa a una evaluación
de los siguientes conocimientos adquiridos en las anteriores
fases:

? Evaluación de las tendencias climáticas
del ciclo agrícola que comienza.

? Se evalúa el comportamiento de la
producción. Se definen los cultivos que tendrán
éxito en la campaña agrícola que inicia. En
esta fase se toman decisiones para el plan de siembra:
¿qué sembrar?¿dónde sembrar?
¿cuánto sembrar? y ¿cuándo
sembrar?

? Se decide si la siembra de los cultivos
agrícolas conviene que sea en fechas más
adelantadas, intermedias o tardías.

(iv)La cuarta fase, entre la segunda parte del mes de
septiembre hasta la primera quincena de noviembre. En esa fase se
termina la siembra de todos los cultivos agrícolas. En
esta fase se observan diversos indicadores naturales y se siembra
los cultivos de fechas intermedias de acuerdo a las fase de la
luna.

En esta fase se observan los indicadores que permiten
determinar la variación del clima, es decir la presencia
de heladas, lluvias y granizadas. A partir de la
conversación con esos indicadores, el agricultor traza un
plan de siembre, donde se deciden las acciones definitivas en la
agricultura.

1.2 Diagnóstico en el periodo de lluvias: con
pobreza los conocimientos predictivos del clima no
bastan

En el segundo periodo se efectúan las lluvias y
se realiza el periodo agrícola. Los indicadores naturales
que observan y dialogan generalmente son a partir del mes de
diciembre hasta abril, es decir, en el periodo en que los
cultivos están en emergencia, crecimiento,
floración y maduración.

En este periodo se observan los indicadores naturales
que anuncian con días u horas de anticipación
acerca de los cambios del tiempo climático en el mismo
periodo de los cultivos agrícolas. Se pronostican los
fenómenos meteorológicos como las heladas, nevadas
o granizadas, ausencia o abundancia de lluvias.

No obstante, los conocimientos predictivos del clima no
bastan para que los campesinos tengan una producción
agrícola y ganadera favorable. Se requiere que,
además de los conocimientos y los procesos de
planificación, los campesinos dispongan de propiedad de
parcelas de tierras en diversas zonas agroecológicas
(lugares, húmedos, secos, pampas, laderas, bofedales,
vertientes de agua, etc.), stock de diversidad de semillas
(especies y variedades, nativas e híbridas) más
adecuadas para la variabilidad del tiempo climático
esperado.

Es necesario también que dispongan de abonos de
una diversidad de especies ganaderas, así como
también que dispongan de tiempo y fuerza de trabajo para
realizar todas las tareas que exigen una agricultura y ganadera
con manejo integral.

El conocimiento sobre la predicción
climática y la pobreza (escasa tenencia de tierras,
pérdida del control de parcelas por diversos pisos
ecológicos, baja disponibilidad de semillas, alta
emigración, bajos ingresos, etc.) no es, pues, un buen
binomio para reducir los efectos de la variabilidad
climática y, aún menos para adaptarse al cambio
climático.

Por esas razones, los campesinos pueden saber hacer
predicciones climáticas, pero al no tener recursos
económicos para optar por estrategias para mitigar los
efectos negativos del clima, pueden fracasar.

Es necesario, por tanto, analizar también la
estratificación socio-económica y su influencia en
los éxitos o fracasos en relación a la
adaptación climática, la producción
agropecuaria, la seguridad alimentaria y las posibilidades de
desarrollo.

A continuación se exponen los indicadores
climáticos naturales que observan, interpretan e informan
los campesinos andinos para tomar decisiones
productivas.

2.Las plantas y animales como medio de
información para la prevención del
clima

Se reconoce que los conocimientos de los campesinos
andinos sobre la observación y el análisis de los
indicadores naturales para predecir el clima fueron acumulados
durante milenios de años, sin embargo, cabe hacerse la
siguiente pregunta: ¿Cuáles son las bases objetivas
y ecológicas que podrían garantizar, con cierto
grado de validez, los posibles aciertos de los conocimientos de
la predicción climática de los
campesinos?

A propósito, Erik Antúnez de Mayolo (1976
y 1983), quien ha investigado este tema en la sierra del
Perú durante muchos años, sostiene que la
adecuación permanente de la fauna y la flora en su
hábitat, supone que debe mostrar un principio de orden en
la naturaleza.

Ese orden y su entendimiento por los denominados seres
vivientes (fauna y flora) les facilita la oportunidad de
adaptarse, existir y reproducirse mediante adecuadas respuestas a
las condiciones existentes en el medio y, a su vez permitan la
predicción frente a los cambios de su entorno, como son
–por ejemplo- los cambios climáticos.

Las poblaciones de todas las especies vivas tienen
determinadas propiedades que les permiten adaptarse a sus medios
respectivos, como son: el potencial biótico, la
resistencia ambiental, los patrones de crecimiento (que generan
la densidad y crecimiento poblacional), la capacidad de carga,
los patrones de natalidad y mortalidad, el índice de
mortalidad y fertilidad, etc.

Son propiedades que, generalmente, van en
relación con las diversas edades de los integrantes de
cada población determinada (Vásquez, A.M: 1993).
Los cambios o el comportamiento de esas propiedades de las
plantas y animales, sobre todo silvestres, son la base natural y
objetiva para que los campesinos efectúen las predicciones
climáticas.

Si entre los meses de junio y octubre (tiempo que, por
lo general, en la sierra no hay cultivos agrícolas)
hubiesen cambios anormales de algunas características
climáticas, como podrían ser irregularidades en la
temperatura o las lluvias, entonces esos cambios
afectarían el ciclo biológico de las plantas y
animales silvestres (antes de la fase de las plantas cultivadas),
sobre todo en su dinámica poblacional.

Por ejemplo, se efectúan cambios en la densidad,
en la capacidad de carga, incidencia en la mortalidad o la
reducción de la fertilidad de algunos organismos que son
menos resistentes a la sequía o al frío, retardos o
adelantamiento de determinados fenómenos vegetativos; como
por ejemplo una floración tardía o temprana en
determinadas plantas silvestres.

Semejantes son los cambios en la dinámica
poblacional de los animales silvestres. Entonces, por
analogía se puede prever que en los meses después
del diagnóstico de lo que ha venido ocurriendo con las
plantas y animales silvestres, cuando se inicia y desarrolla los
cultivos agrícolas (de noviembre a abril) los cambios en
el clima podrían afectar después de modo parecido a
la agricultura.

En relación con lo anterior, en el proceso del
conocimiento de los campesinos andinos, las observaciones e
interpretaciones de los indicadores naturales tienen por objetivo
la predicción, por ejemplo, de los siguientes
fenómenos:

  • La ocurrencia de lluvias y temperaturas futuras,
    sobre todo de las heladas.

  • El pronóstico de las fechas de siembra:
    temprana, intermedia o tardía.

  • El tipo de cultivos que podría tener mayor
    éxito.

  • Los tipos de plagas y enfermedades que
    afectarían a cada una de las especies
    cultivadas.

  • Las zonas de producción que deben ser
    priorizadas para la siembra debido a los impactos de los
    cambios climáticos, etc.

Podría reconocerse que, a pesar del margen de
error que podría tener el conocimiento andino, los
instrumentos que se manejan en la cultura moderna en este medio
no pueden predecir aquellos fenómenos. Aunque en la
cultura moderna hay otras informaciones sobre el cambio
climático que no están en el acervo cultural
andino, por ejemplo, las mediciones de la temperatura, las
precipitaciones fluviales, etc. a nivel local, regional,
nacional, etc, como efecto del cambio
climático.

3.Clasificación de los indicadores naturales
por zonas agroecológicas y dimensiones del
conocimiento

Los indicadores naturales que sirven para predecir los
cambios en la variabilidad climática y el clima se les
pueden clasificar básicamente por zonas
agroecológicas donde se ubican las comunidades y por las
dimensiones de especies o fenómenos meteorológicos,
aunque muchos de esos indicadores pueden cruzar a varias zonas
agroecológicas, como se observará más
adelante.

Para el caso de las zonas agroecológicas
denominada suni y circunlacustre (zona rivereña del Lago
Titicaca) y suni A en Puno, los indicadores naturales más
importantes de acuerdo a dimensiones y especies son:

3.1 Los fito-indicadores

Entre las plantas silvestres más importantes para
predecir el clima, según los campesinos, se encuentra el
"sancayo" (cactácea,lovia corvula). La primera
floración se realiza entre los meses de junio y julio, la
segunda en agosto y la tercera en noviembre. Una señal de
buen año es cuando la floración de esta planta es
abundante en el mes de agosto.

Los campesinos asocian a esta planta mayormente como
indicadora del futuro crecimiento de los tubérculos,
principalmente de la papa. Cuando las flores de esa planta
están destruidas en determinadas fechas en la
estación de invierno es señal de una mala
producción de papa en el siguiente verano.

Cuando la floración del "sancayo" es densa indica
que la cosecha de papa será abundante. Muy parecida es la
indicación de la "pulla pulla", que es otra
cactácea. La floración de esta planta indica la
mejor fecha en que se deberá sembrar la papa
amarga.

Monografias.com

"sancayo" indica producción de la
papa que habrá en ese año

Contrario a la señal del sancayo es la
floración de otras plantas silvestres como el "chiji",
cuya floración abundante es indicación de un
año de sequía.

Otra planta denomina "sipi-sipi" o ""munachiku", ubicada
dentro del grupo "generiaceae", pronostica la presencia de
lluvias en el siguiente verano. Cuando hay humedad, el fruto
aparece enroscado, movimiento que lo efectúa lentamente
como las agujas de un reloj (Cáceda, et al,
1994).

La "karihua" (senecio cibicolus) es otra planta
silvestre muy importante para predecir el clima (lluvias,
sequía y heladas) y las fechas de siembra de la papa. La
floración anual de esta planta es un indicador de buen o
mal año, así como también si la siembra debe
ser temprana, intermedia o tardía.

Cuando la floración de la karihua se inicia en
agosto es indicador de que la siembra de cultivos
agrícolas debe ser adelantada. Cuando la floración
de esta planta es en setiembre la siembra debe ser intermedia; es
decir, será un año normal. En un año de
sequía la floración es a fines de
octubre.

En ese sentido, cuando la primera floración fue
buena, pero las heladas quemaron a las flores indica que la
primera siembra no iba a ser buena para los cultivos de la papa y
otros tubérculos. Cuando la segunda floración fue
mejor que la anterior, indica que la segunda siembra de los
cultivos agrícolas será normal. Por el contrario,
si en la tercera floración, las flores tienen mayor
duración que la anterior fecha, indica que la
producción de las plantas sembradas en el tercera
tendrán mayor rendimiento que en la segunda
fecha.

Cuando en el mes de noviembre hay una densa
población de la planta denominada "qanlla", indica que la
cosecha -en los meses de abril o mayo del siguiente año-
de quinua y cañihua será también abundante.
La Karihua crece en diferentes zonas altitudinales y suelos.
Donde más crece se dice que esos son los suelos donde
habrá más producción.

El lirio silvestre, denominado "pinco-pinco" en Puno es
una planta ornamental, a la que observan su periodo vegetativo
desde el mes de setiembre. Es un indicador para orientar las
fechas de siembra. Observan los días que perduran sus
flores sin ser afectadas por la helada.

La planta denominada "ñañomiya" (quechua)
o "chitinquya" (aimara), ubicada en el grupo de las "solanaceae",
cuando en el mes de octubre tiene una buena fructificación
se dice que habrá una buena producción de
tubérculos.

La totora (familia cyperaceas), crece a orillas y en el
Lago Titicaca. Indica el momento de la siembra. Observan los
brotes y se ven que son afectados por las heladas, indican que
hay posibilidades de que las primeras siembras de los cultivos
agrícolas podrían ser afectados por las heladas.
Cuando los brotes o los botones crecen normalmente indican
también si las lluvias podrían ser normales o
escasas.

El "Laqhu" (es una alga que crece en los ríos y
en las vertientes de agua en los cerros, aimara) cuando crece en
lugares con agua cristalina significa que se va a presentar
heladas. Pero cuando crece en aguas sucias o turbias significa
que la producción va a ser buena y no habrá
heladas. También observan la cantidad de algas en el Lago
Titicaca, si llegan a estar muy maduras significa que la
producción será buena (UNAPA. 2005. Nuestros
indicadores naturales, aprendamos de ellos. Ingavi).

El "laqhu" es observada desde octubre. Si crecen en gran
tamaño, indica que la producción agrícola
será abundante. Si el color es obscuro indica que
habrá riesgos de heladas para los cultivos. Si crece en
lugares profundos de los ríos y vertientes, indica que no
habrán lluvias; por el contrario, cuando crece flotando en
las aguas indica que habrán abundantes lluvias y buenas
cosechas.

La "wirwina" (en quechua y aimara), ubicada en el grupo
de las "vernenaceae", cuando esta planta florece en el mes de
noviembre es un indicador de que en los primeros meses del
siguiente año (entre enero y marzo) habrán lluvias
normales apropiadas para los cultivos.

La "Chiwan wayu", es un pequeña planta silvestre
que desde el mes de octubre se le observa el proceso de
floración. Cuando esta planta es afectada por algún
fenómeno meteorológico (heladas, granizo o
inundación), indica que hay posibilidades que los cultivos
agrícolas sean también afectados por esos
fenómenos. Indican también si las siembras
tendrán una mayor producción cuando fue en la
primera, segunda o tercera fecha.

La Chillihua (festuca dolichophillA), es un pasto nativo
(tiene alto valor nutritivo para la ganadería) que crece
en las pampas del Altiplano, como también en las zonas
suni A y suni B. Observan este pasto desde el mes de octubre
hasta diciembre. Si el tallo es de color transparente y aparece
como que tiene escamas, indica que las lluvias serán
normales y se espera tener una buena producción. Si las
semillas tienen grano grande y abundante indica que la
producción de quinua será my
buena[26]

El chiwanku (aimara. Familia Sinecio rufescens),
pequeña planta que indica cómo será la
ocurrencia del clima y los cultivos agrícolas en las
parcelas ubicadas en los andenes o en las laderas. Observan a
esta planta silvestre en octubre y en noviembre. Si estas plantas
crecen en lugares húmedos, indica que las lluvias
serán normales. Indican también la dirección
posible que vendrán las heladas.

Otros investigadores como E. Chambi y W. Chambi (2007),
de origen campesino aimara, han identificado diversos indicadores
naturales dentro de los fitoindicadores, como los
siguientes:

La "Chinkillaya", parecido al berro, cuando produce bien
es para buen año, pero si no produce bien, es para mal
año. Se observa en los meses de lluvias, de enero a
marzo.

El "Llaytha" (Cochayuyo), cuando esta planta se presenta
en abundancia indica que el año será con lluvias
normales, pero a veces produce poco y menudito, o incluso no se
manifiesta su presencia, lo cual predice que habrán un mal
año o sea para año seco, sin lluvias. En otras
zonas significa lo contrario.

El Layo (Trébol), cuando en el momento del
barbecho se observa que las raíces de esta planta se
parten longitudinalmente y son de color blanco, indica que
habrán buenas cosechas. Si al inicio del día del
barbecho (inicio de la roturación de suelos) las
raíces de esta planta silvestre se parten con facilidad,
indica que las lluvias se adelantarán en meses anteriores
a los normales, por lo tanto, debe sembrarse también en
fechas anteriores a las fechas normales; y si al medio día
recién empiezan a partirse las raíces de estas
plantas, indican que la fases de las lluvias y la siembras sean
en fechas intermedias.

Partes: 1, 2, 3, 4
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